
Por Luis Carlos Frómeta Agüero
En sus inicios, recibió el asesoramiento de la vocalista Ary Rodríguez, en la Casa de cultura 20 de Octubre, luego tomó la guitarra acompañante, bajo la mirada de Miguel Langue, reconocido instrumentista de la ciudad.
Asociado a estos menesteres, estudió promoción cultural, oficio que desempeña desde hace dos décadas, trayecto en el que integró un cuarteto, devenido trío, y posteriormente un dúo, bautizado como Maykel y Luis, con seis lustros de vida artística.
Junto a Luis Quintana Mengana, voz segunda y percusión menor, reafirma su puesto en el movimiento de aficionados al arte, mediante recorridos habituales por centros de estudio y de trabajo,organismos políticos, gubernamentales y de masas.
Pronto se insertaron en el proyecto Pimpo La O, en el Festival internacional de la trova Pepe Sánchez, de Santiago de Cuba, y en el nacional Carlos Puebla in memoriam, de Manzanillo, certámenes que legaron una experiencia inolvidable y el placer de compartir escenarios con músicos de vasta trayectoria.
Muchos reconocimientos testifican la participación de Maykel y Luis en el concurso de creación musical Canción para una ventana; en festivales comunitarios y en los categorizados del bolero, precisa Batista Brizuela.
“Como aficionados -dice- llevamos adelante un trabajo sostenido en el reparto Jesús Menéndez, bajo la guía del instructor de arte Luis David Arián Matos; además, estamos inmersos en la realización de un videoclip del tema Eres bella, de mi autoría.
“Para materializar la idea, contamos con la dirección artística de Daniel Casanova Sánchez, visualmente apoyada por la modelo Adriannys Báez Machine.
“Tenemos aprobado un espacio fijo en el área recreativa El Chapuzón, los sábados en la mañana, para amenizar las ferias, incluidas las noches bayamesas, facilitadoras de nuestra promoción.
“El tercer domingo de cada mes, a las 4:00 de la tarde, ponemos a consideración del público el proyecto La Descarga, con sede en la Escuela primaria Frank País García, del reparto Roberto Reyes, adonde acuden bailarines, teatristas y talentos de diferentes manifestaciones de la cultura”.
Mientras el empeño de estos juglares comunitarios transita sobre pentagramas y acordes, están convencidos de que la música tiene encantos para calmar el pecho salvaje, suavizar las rocas y doblar un roble.
Ahí radica lo maravilloso de su filosofía.