Por: Yandry Machado Mederos, estudiante de Periodismo
Lo cierto es que, puertas adentro y distribuido en tres áreas: química, productiva y biológica, un esmerado colectivo da vida al Centro de Bioactivos Químicos (CBQ), institución científica de renombre en la provincia y el país.
Surgió el 4 de diciembre de 1990 por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con el objetivo de poner a disposición de los cubanos una institución centrada en las investigaciones, el desarrollo, la producción y comercialización de productos con acción biológica encaminados a los sectores humano, agrícola y veterinario.
Toda su actividad la desarrolla bajo un sistema integrado de gestión que transversaliza los procesos, tras la satisfacción de cumplir las exigencias del cliente, experiencia que se refleja en la formación académica de pre y postgrado, señala María Isabel Díaz Molina, directora de la entidad.
Importantes batallas ha librado el CBQ en favor de la vida. “Su colectivo no olvida que durante la pandemia de la COVID-19 el centro asumió la destilación del agua empleada en los hospitales, lo cual garantizó el trabajo de laboratorio en las instituciones de salud pública de la provincia”.
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) otorgó en 2007 el registro sanitario al dermofural, un ungüento con acción antifúngica (contra hongos) para tratar las enfermedades micóticas de la piel.
Pero, en 2016, se detuvo la comercialización de ese fármaco por la existencia de otros medicamentos con una acción similar y a dificultades en la adquisición de determinados recursos, comenta Mirleida Santos Marcelo, directora de Investigaciones de la referida entidad.
Explica a la Agencia Cubana de Noticias que el centro se dedica a la fabricación del Ingrediente Farmacéutico Activo (IFA, furvina), el componente farmacológico que luego comercializa a través de la Empresa Laboratorio Farmacéutico Roberto Escudero, encargada de la terminación del producto.
Yenni González Lugo, jefa del Departamento de Registros y Ensayos Clínicos del CBQ, dijo que diferentes estudios preclínicos comprobaron que el dermofural también posee acción antibacteriana, aunque necesita probarse en humanos, por lo que aún está en fase de estudio.
Fernández Lugo apuntó que ya se desarrollaron las fases uno y dos, esta última con resultados muy alentadores, pero falta la tercera que se realizará en pacientes portadores de úlceras del pie diabético con infecciones leves, para estar totalmente seguros de su doble acción e incorporarlo al Cuadro Nacional de Medicamentos.
El tiempo de duración del ensayo, añadió, será de aproximadamente un año, aunque todo dependerá de la cantidad de pacientes que acudan a la atención primaria de salud (policlínicos) y cumplan con los criterios de inclusión.
Si logra registrarse con su doble acción (antifúngica y antibacteriana), brindaría grandes beneficios para las personas con úlceras del pie diabético, pues el uso del dermofural evitaría posibles complicaciones asociadas con la dolencia, acotó.
Otro de los productos que desarrolla y comercializa el Centro de Bioactivos Químicos es el vitrofural, registrado en Cuba desde 1999 y con función inhibidora de la contaminación microbiana de los medios de cultivo para la creación de vitroplantas, constituye el único rubro que exporta la entidad.
Raquel Hernández González, directora de comercialización y extensión universitaria del centro, señala que el vitrofural resulta de la innovación tecnológica, al cual le han sido conferidas patentes en Cuba, Estados Unidos, México, Brasil y varias naciones europeas.
Desde el 2010, añade, el CBQ realiza ventas puntuales a España, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil e India, mientras que las principales exportaciones se concentran de forma sostenida en Chile y México, en lotes de hasta 300 frascos, la cantidad máxima de comercialización.
Hernández González puntualiza que las ventajas para la agricultura, pues sustituye el proceso de esterilización por autoclave y reduce así el consumo de energía eléctrica hasta un 30 por ciento y no provoca fitotoxicidad en las plantas.
Ciencia y docencia para el futuro
Las fortalezas del CBQ no solo descansan en su constante actividad científica. También funciona como unidad docente al abrir sus puertas a los estudiantes de la Facultad de Química-Farmacia de la universidad más multidisciplinaria de Cuba para propiciar un acercamiento a la labor profesional y asegurar la continuidad del colectivo.
Significativo constituye el aporte de la entidad, en tanto que 13 de sus trabajadores imparten docencia en seis carreras, vínculo que ya suma 34 años y ha permitido exponer las mejores experiencias en la formación de pre y postgrado, comenta Amalia Calvo Alonso, jefa del Departamento de Control de la Calidad del CBQ y profesora auxiliar de la carrera de Ciencias Farmacéuticas.
Y es que en sus más de tres décadas de fundada, la entidad ha desarrollado una extraordinaria labor científica y académica, centrada en el ser humano y en la apuesta permanente por la vida.
