Dentro de unas horas Cuba y Australia (6:00 de la mañana del miércoles en nuestro país) se enfrentarán por tercera vez en la historia de los clásicos mundiales de béisbol. El escenario de esa batalla, que definirá uno de los semifinalistas del evento, será el Tokyo Dome, de Japón, el mismo en el que estos equipos rivalizaron el 10 de marzo de 2017 durante el anterior IV Clásico.

La expectación es inmensa en nuestro país, que casi todos dan como favorito, pero no se puede asegurar tajantemente que va a ganar porque entonces no haría falta jugar.
¿Cómo llegan ambas selecciones para el partido de muerte súbita? Australia sin nada que perder, sin ninguna presión mediática, pues no figuraba entre los dos favoritos del grupo B, en el que sorprendió a Corea del Sur (tercera del ranking mundial), al derrotarla 8-7.
Los Canguros también hicieron los deberes ante China (12-2) y República Checa (8-3), y cayeron ante el potente Japón (1-7), como muchos esperábamos.
Haber superado por primera vez la fase inicial de grupo seguramente ha puesto por las nubes el ánimo de una escuadra que ya firmó su mejor actuación en estas lides y que antes del V Clásico tenía balance en las cuatro ediciones precedentes de dos victorias y 10 derrotas.
Finalmente se ha anunciado al zurdo Steven Kent será el pitcher abridor de los australianos. (Recordemos que ahora el límite de pitcheos es de 80).

En la fase de grupos los australianos concentraron su poder –seis cuadrangulares- en cuatro peloteros: Robbie Glendinning, Alex Hall, Tim Kennelly y Robbie Perkins. Los dos primeros pegaron dos per cápita, por lo que los lanzadores cubanos tendrán que cuidarse de ellos.
Este equipo terminó bateando 276, con un OPB de 376. Su promedio de fuerza fue de 480.
El pitcheo no anduvo bien, con 5,03 de promedio de carreras limpias y 1,44 de WHIP. Sus rivales le batearon por debajo de 240, pero concedió 19 bases por bolas, un mal terrible para cualquier conjunto.
En tanto Cuba obtuvo victorias ante Panamá (13-4) y China Taipei (7-1) y cayó frente a Países Bajos (2-4) e Italia (3-6 en extrainning). Los nuestros, que comenzaron con los bates fríos, no pueden confiarse por llevar el cartel de favoritos.
Han ido calentando motores a medida que pasa el torneo e intentarán vencer por tercer vez en clásicos a sus rivales de turno (5-4 en 2009 y 4-3 en 2017).
Tres hombres repiten entre los bateadores en el line up empleado hace seis años: los granmenses Roel Santos y Alfredo Despaige, y el matancero Yurisbel Gracial.
Los antillanos completaron la fase de grupos con 319 de average ofensivo, OBP de 390 y 454 de SLG.
Si pitcheo también fue superior al de sus contrarios de turno: 3,25 de PCL, 1,14 de WHIP y bateo contrario de 228. Solo otorgó 10 bases por bolas.
Yariel Rodríguez será el abridor del choque y si sale con control, como lo hizo en su primera apertura contra Holanda, será un escollo complicado para los australianos.
Probablemente Ronnie Elías lo sustituya en el box porque en este tipo de encuentro no se puede guardar nada para el futuro.
Los promedios de casi todos los regulares del equipo Cuba infundan miedo: Yadil Mujica (500), Roel Santos (455), Yadir Drake (467), Alfredo Despaigne (429) Erisbel Arruebarrena (357) y Yoan Moncada (353). Estos dos últimos, por cierto, firmaron los únicos dos cuadrangulares que tiene nuestro team.
Pero todo eso quedó atrás. A partir de este miércoles 15 comienza a contarse una nueva historia, que ojalá favorezca a la selección de las cuatro letras.