
No fueron pocos los empeños y desvelos que tuvo que vivir esta joven masoense para hacer realidad sus sueños, coronados en éxito en 2021, en pleno auge de la pandemia de la COVID-19 en Cuba.
“Fue un momento muy difícil para mí, comenta, tuve que asumir recién graduada y lejos de mi casa en El Caney de Las Mercedes, un área de salud muy extensa y de difícil acceso como lo es San Lorenzo, poblado que se levanta a unos 500 metros sobre el nivel del mar.
“Por suerte tuve el acompañamiento inicial de la enfermera Yanelis Reyes Mendoza, quien sí radica en esta zona y con el paso del tiempo hemos hecho un buen equipo de trabajo”.
A veces sin otros recursos a los cuales apelar que no sean sus conocimientos médicos, profesionalidad y pericia en el ejercicio de la medicina en condiciones de montaña, Grisel ha debido enfrentar varios casos de urgencia, como hipoglicemias, accidentes cardiovasculares, heridas, quemaduras y fracturas óseas, a los que ha brindado un adecuado seguimiento y cuidado.
Recuerda enfáticamente a un paciente aquejado de una apendicitis al cual tuvo que acompañar hasta el hospital municipal con riesgo de que pudiera desencadenar en una peritonitis.
“Aquí el transporte se complica en extremo y cuando el sistema de ambulancias no responde, por las razones que sean, hay que buscar variantes, donde el interés y la constancia del personal médico son determinantes en la remisión de los casos”.
En septiembre venidero Grisel culmina su estancia médica en las montañas de Bartolomé Masó, dejando atrás un reconocido trabajo, sobre todo en la atención a embarazadas y a más de una decena de menores de un año a quienes ha visto crecer desde el vientre de sus madres.
Nuevas tareas le esperan, lo mismo en llanos que en la Sierra, siempre con la misma determinación de ser fiel a su oficio y poder bien saborear las mieles de sus sueños.