
Foto tomada de internet
El mes de septiembre está por terminar, sin embargo su última semana posee una gran importancia. Desde 1958 la Federación Mundial de Sordos (WFD), por sus siglas en inglés, decidió en la última semana del noveno mes del año conmemorar el aniversario de su primer Congreso Mundial, realizado en Roma del 19 al 23 de septiembre de 1951.
Este congreso marcó un hito al establecer una organización mundial comprometida con los derechos de las personas sordas. También le dio visibilidad a la cultura y las necesidades de esta comunidad, destacando la importancia de la lengua de señas y su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
Desde entonces, esta semana conmemorativa se ha transformado en una plataforma global donde las comunidades sordas organizan actividades que incluyen conferencias, talleres, eventos culturales y campañas públicas. La jornada incluye el Día Internacional de las Lenguas de Señas que se celebra cada 23 de septiembre para subrayar la importancia de las personas con discapacidad auditiva en la identidad y comunicación.

La legua de señas como derecho humano fundamental
El trayecto culmina con el Día Internacional de las personas sordas, dedicado a visibilizar sus desafíos, en especial en relación con la accesibilidad y los derechos humanos. En este día se destacan sus contribuciones a la sociedad. En este contexto, la Semana Internacional de las personas sordas lleva como lema en el 2025 “No hay derechos humanos sin derecho a la lengua de Señas”. Esta consigna nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer y promover la lengua de señas como un derecho fundamental.
La inclusión lingüística no solo es esencial para garantizar la plena participación de las personas sordas en la sociedad, sino que también es un pilar clave para el respeto y la promoción de sus derechos humanos. Es momento de que la sociedad trabaje de manera conjunta para derribar barreras y construir un entorno más accesible y equitativo, donde cada individuo pueda comunicarse libremente y ser reconocido en su identidad. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad verdaderamente inclusiva y respetuosa de la diversidad.
Texto e infografía: Cheila Aguilera Riquene