Trump recibió este lunes la mala noticia de que una jueza federal desestimó los casos penales contra el exjefe del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
Ambos casos plantearon dudas sobre la competencia del Departamento de Justicia (DOJ) después de que una corte dictaminara que la fiscal elegida por Trump fue nombrada ilegalmente.
Kelly, excapitán de la Armada de Estados Unidos, está bajo pesquisa del Departamento de Defensa para determinar si deben llamarlo al servicio activo para enfrentar consejo de guerra por acusaciones de mala conducta.
El Pentágono dijo que la pesquisa al legislador de Arizona busca concluir si incumplió la ley militar tras un vídeo en el que, de acuerdo con las consideraciones de la Casa Blanca, instó a desobedecer órdenes ilegales.
Kelly fue uno de los seis congresistas que publicaron un vídeo la semana pasada en el que pedían a los miembros de las fuerzas armadas y de la comunidad de inteligencia que «rechazaran las órdenes ilegales», citando amenazas a la Constitución.
En una publicación en las redes sociales, el Pentágono dijo que había recibido «graves acusaciones de mala conducta» contra el senador y que «se ha iniciado una revisión exhaustiva de estas acusaciones para determinar las medidas a seguir, que pueden incluir el llamamiento al servicio activo para un consejo de guerra o medidas administrativas».
Entre los integrantes del grupo, todos veteranos o exfuncionarios de seguridad nacional, también se encontraban la senadora Elissa Slotkin, de Michigan, y los representantes Jason Crow, de Colorado, Chris Deluzio y Chrissy Houlahan, de Pensilvania, y Maggie Goodlander, de New Hampshire.
El presidente Trump estalló contra ellos apenas se difundió el audiovisual. Dijo en su plataforma Truth Social que deberían arrestarlos y juzgarlos por «comportamiento sedicioso».
El mandatario escribió: «¡COMPORTAMIENTO SEDICIOSO, punible con la MUERTE!» y volvió a publicar: «¡CUÉLGUENLOS, GEORGE WASHINGTON LO HARÍA!». Luego aclaró que no amenazaba a nadie, pero que sí creía que están «en serios problemas».
Pete Hegseth, secretario de Defensa, al compartir la publicación del Pentágono, se refirió a los senadores y miembros de la Cámara de Representantes como los «Seis Sediciosos».
El único que está bajo jurisdicción del Departamento de Defensa es Kelly, cuya conducta -cosideró Hegseth- «desacredita a las fuerzas armadas y se abordará de manera apropiada”.
El Pentágono señaló que la ley federal prohíbe «acciones destinadas a interferir con la lealtad, la moral o el buen orden y la disciplina de las fuerzas armadas».
Añadió que las violaciones «se abordarán a través de los canales legales correspondientes» y que la ley también se aplica a los militares retirados.
El código citado por el Departamento de Defensa prohíbe cualquier actividad que “aconseje, instigue, incite o de cualquier manera cause o intente causar insubordinación, deslealtad, motín o negativa a cumplir con el deber por parte de cualquier miembro de las fuerzas militares o navales de los Estados Unidos”, reportó CBS News. Kelly declaró a la cadena televisiva que se enteró de la investigación a través de las redes sociales. «Si esto pretende intimidarme a mí y a otros miembros del Congreso para que no cumplamos con nuestro trabajo y exijamos responsabilidades a esta administración, no lo lograrán», subrayó.
«He dado demasiado por este país como para ser silenciado por matones a quienes les importa más su propio poder que proteger la Constitución», afirmó el también exastronauta.
Kelly reiteró a CBS que «lo único que dijimos fue reiterar lo que básicamente es el estado de derecho: que los miembros del ejército no deben ni pueden seguir órdenes ilegales».
Opinó igualmente que Trump debería comprender que sus palabras «podrían tener consecuencias muy graves (…) más que las de cualquier otra persona en el país, y debería ser consciente de ello, y debido a lo que dice, ahora hay mayores amenazas contra nosotros».



