El avezado periodista Orlando Fombellida Claro, Premio por la obra de la vida Rubén Castillo Ramos 2020 y con 52 años de ejercicio periodístico, -todos en prensa escrita-, es uno de esos privilegiados capaz de recordar, con cristalina precisión, detalles de cada uno de estos encuentros; algunos como oyente en tribunas, actos; otros, dando cobertura a la presencia del Líder cubano en la oriental provincia de Granma, territorio que visitó en 56 ocasiones, con mayor frecuencia en la década del 60, según consta en el libro Fidel Castro Ruz: itinerarios por la provincia Granma, del historiador Ludín Fonseca García.
Aunque de bastante lejos, su primer acercamiento a Fidel, -quien cumpliera 98 años este 13 de agosto-, fue el 3 de junio de 1969, en un acto de solidaridad con el pueblo vietnamita, realizado en la Plaza de la Revolución de La Habana, al que asistió Pham Van Dong, Primer Ministro de Vietnam; el segundo, en el V Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, efectuado en el Palacio de las Convenciones, en la capital cubana, donde participó a tiempo completo.
Para entonces, los caricaturistas presentes, montaban al atardecer de cada jornada exposiciones con caricaturas alusivas al encuentro. El Comandante las visitaba, se reía y comentaba algunas.
“El 18 julio de 1981, casi al mediodía, José Fernández Vega (ya fallecido) director fundador del periódico La Demajagua, me dice que Roberto Damián Alfonso González, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en esta provincia, lo había llamado para comunicarle que Fidel se encontraba en el hospital infantil Hermano Cordové, en Manzanillo, y le orientó ir para allá con un equipo de prensa.
“Salimos hacia la Ciudad del Golfo de Guacanayabo con el fotógrafo Raúl Morales, en el auto FIAT 125 particular de Pepito, a quien de por sí le gustaba apretar a fondo el acelerador. Llegamos pronto, no sé exactamente cuánto tardó el viaje.
“Al llegar a la instalación sanitaria, el personal de seguridad nos permitió pasar y cubrir el suceso.
“Para entones, la epidemia de Dengue hemorrágico introducida en Cuba, hacía estragos. Fidel se interesó por el estado de los enfermos, habló con ellos y sus familiares, y esbozó el programa de creación de salas de cuidados intensivos en los hospitales pediátricos de Cuba.
“Durante el recorrido, de retorno a Bayamo, Pepito me dice: ‘es casi seguro que mañana, después del acto de inauguración del campamento de pioneros en Santo Domingo, municipio de Bartolomé Masó, Fidel visite el hospital infantil de Bayamo.
Como el equipo (del periódico La Demajagua) no podrá llegar junto con él, cuando concluya el acto vayan tú y Fernando Ravelo (fotógrafo, ya fallecido), para el (hospital pediátrico) General Milanés, en la capital granmense’.
-¿Sin credenciales, y si nos ponen presos? Le dije a Pepito y respondió:- ‘cuando yo venga les saco del calabozo’.
“Así lo hicimos y tal como previó Pepito, Fidel recorrió la instalación hospitalaria preocupándose por los pacientes.
“La comitiva partió hacia el hospital de emergencia creado para enfrentar el Dengue en el entonces Instituto politécnico de la salud Clodomira Acosta, hoy escuela pedagógica Rubén Bravo Álvarez.
“Ravelo y yo la seguimos, en mi auto particular con matrícula de Holguín, y cubrimos su presencia en dicho lugar. Al concluir, nos dio la mano a los dirigentes y a los reporteros de La Demajagua, que tuvimos la exclusiva a nivel provincial”, relata el Máster en Ciencias.
El destino sorprendería a este reportero con un encuentro más cercano, el 20 de diciembre de 1986, fecha en que Fidel recorre los locales de la editora del periódico La Demajagua y los talleres del poligráfico José Joaquín Palma, donde editaban dicha publicación.
“En un acto público en la explanada de la parte posterior del edificio deja inaugurado el centro. Yo, en calidad de espectador, me aventuré a llevar mi cámara fotográfica y varios rollos y pude hacerle muchas fotos sin ninguna dificultad, con las cuales monté dos exposiciones en la Casa de la Prensa, en Granma, gracias a la curaduría de Ángela Valdés y Lino Valerino Cámbar”.
-Tengo entendido que en esta visita el Comandante tiene una cercanía especial con su hija. Cuéntenos ese suceso.
–En un momento de su recorrido por la editora del periódico La Demajagua en la fecha antes señalada, mi hija Magdenis, de cuatro años de edad, le entregó una hermosa rosa rosada, la cual tuvo en sus manos varios minutos. Rafael Martínez captó el suceso con su cámara fotográfica.
“Tiempo después, el viernes 29 de mayo de 1992, siendo corresponsal del periódico Granma, salí para Pilón con el fotógrafo Luis Carlos Palacios Leyva, en yipi NIVA conducido por Santiago Mora.
“Al oscurecer llegó Fidel a la sede del PCC municipal y a los pocos minutos se trasladó al hospital Félix Lugones Ramírez, interesado en constatar los daños sufridos por la instalación a causa del sismo, catapultado históricamente como el terremoto de Cabo Cruz, de 6.8 grados de magnitud en la escala de Richter, ocurrido el 25 de ese mes.
“De Pilón, el Líder de la Revolución Cubana fue a Niquero, de ahí a Media Luna, donde notó la ausencia momentánea de una periodista granmense que andaba en el recorrido, no sé si Dania Mendoza o Gloria Guerrero, y esperó que regresara para hablar con Amado Haamut, primer secretario del Partido en el municipio.
“Llegamos a media noche a Manzanillo, donde pernoctamos. Al día siguiente, por la mañana, traía en sus manos un ejemplar del diario Granma de ese día.
“En las localidades mencionadas se interesó por las afectaciones causadas por el movimiento telúrico”, subrayó Fombellida Claro, colaborador además de los periódicos Sierra Maestra, Ahora, el semanario Antorcha, la revista El militante comunista y otros órganos de prensa.
“El 25 de noviembre del 2000, cubrí la Tribuna Abierta de la Revolución en la Plaza Batalla de Guisa, en demanda del regreso a Cuba del niño Elián González. Al concluir, Fidel dialogó con los periodistas presentes.
“En horas tempranas del 29 de marzo de 2002, Fidel inauguró en El Puntico, Campechuela, el programa de salas de televisión alimentadas por sistemas fotovoltaicos.
“Al concluir el acto se dirigió al lugar donde estaban integrantes del programa Mesa Redonda, de la Televisión Cubana, con quienes habló de manera entusiasta sobre futuros programas de dicho espacio televisivo.
“Ese mismo día, al atardecer, inauguró en la escuela primaria Emma Rosa Chuy, en Pilón, el programa de introducción de la computación en la enseñanza primaria, acto que yo tenía el encargo de cubrir”.
Se suma a esta cronología, la Tribuna Abierta celebrada el 1 de junio de 2002, en Holguín, en protesta contra el bloqueo, las calumnias y las amenazas del gobierno de Estados Unidos contra Cuba.
“En el último de los actos nacionales para festejar el Día de la Rebeldía Nacional presidido por Fidel, realizado en la Plaza de la Patria, en Bayamo, el 26 de julio de 2006, estuve en calidad de invitado, en una de las primeras filas de sillas”, precisa el Maestro de Periodistas Fombellida Claro.
– De estos momentos, ¿Cómo recuerda a Fidel?
– Con su andar firme, su mirada inteligente, su estatura… que lo hacía parecer gigante. Impresionaba.
-¿En lo profesional y en lo personal, que significó como periodista dar cobertura a estas visitas del Comandante?
–En mi caso no se puede separar una cosa de la otra. Un gran privilegio por ser un periodista de provincia.
-¿Tendría los mismos nervios a estos años de experiencia?
-Honestamente, en ninguna ocasión me sentí nervioso; contento sí, por esas oportunidades.
-¿Qué haría diferente?
– Me gustaría hacerlo como lo hice. El ímpetu de la juventud se trasluce en frescura en el ejercicio periodístico.
-¿Qué sintetiza Fidel para el periodista Orlando Fombellida Claro? -La posibilidad de realizar mis sueños de niño pobre, nacido en el campo. Fidel es Cuba.
