Para mejorar la imagen de Grau, a su ministro de Gobernación se le ocurre celebrar un gran acto “patriótico” por el 10 de Octubre, presidido por la campana del ingenio Demajagua que Carlos Manuel de Céspedes hiciera tocar durante su grito por la independencia.
El pueblo manzanillero se negó rotundamente a semejante acto demagógico y el Ministro marchó de la ciudad del Guacanayabo sin la campana.
Según relata el periodista Pedro Antonio García en la revista Bohemia, el enviado del mandatario viajó a Manzanillo el 6 de octubre, pero los pobladores lo recibieron con total repulsa.
Incluso, uno de los concejales locales le dijo la cara: “Ladrones, la campana no. Se lo han llevado todo y ahora quieren llevarse hasta la campana. ¿Dónde está el dinero destinado a las obras de Manzanillo?…No se llevaran la campana, no se la dejaremos llevar, porque lo que harían con ella seria ultrajarla”.
El estudiante de derecho Fidel Castro Ruz, propone a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) invertir la situación y traer la histórica reliquia a La Habana, para convocar en la escalinata un mitin contra los desmanes del Gobierno.
Los estudiantes acogen con entusiasmo esa idea. Fidel y un grupo viajan a la ciudad suroriental.
Según consta en el en el libro Fidel Castro Ruz: itinerarios por la provincia Granma, del historiador Ludín Fonseca García, “el 7 de octubre de 1947 Fidel arriba, por avión, a Manzanillo. Viene, como vicepresidente de la FEU, a solicitarle al ayuntamiento la campana de la Demajagua para utilizarla, en un mitin, en la escalinata de la Universidad de La Habana.
“El 2 de Noviembre parte de Manzanillo, por tren, con la campana. En el trayecto para en Bayamo”, precisa el texto en el que constan unas 56 visitas de Fidel a la provincia de Granma.
La campana llega a la capital el 3 de noviembre de 1947. Una multitud delirante vitorea su llegada. Estudiantes universitarios cargan sobre sus hombros la preciada reliquia de 59 centímetros de altura y 204.5 libras de peso hasta el vehículo.
La campana fue colocada en el Salón de los mártires de la FEU y cubierta con la bandera de Carlos Manuel de Céspedes.
Pese a los turnos de guardia, en la madrugada del 6 de noviembre, horas antes del acto convocado por el estudiantado, varios individuos armados penetran en la Galería de los Mártires de la FEU y roban la campana a fin de boicotear el mitin, lo que no surte efectos.
En el acto, cuenta un servicio especial la periodista de la Agencia de Información Nacional Adelina Vázquez, Fidel calificó el hurto de “inaudito y de ultraje a la reliquia de la República”. Todo el archipiélago protesta contra el hecho y Fidel denuncia ante la prensa como autores a pandilleros del Gobierno.
Según el artículo Fidel y la campana de La Demajagua, publicado en el diario Granma el 1 noviembre de 2012, “la situación se torna tan compleja que los ladrones tras haberla escondido en un apartamento del Vedado se deshicieron de ella y la lanzaron al portal de la vivienda del General del Ejército libertador Enrique Loynaz del Castillo, quien la llevó al mismísimo Grau, y este en conferencia de prensa anunció el hallazgo”.
Los manzanilleros se plantaron ante semejante ultraje con el lema colectivo “¡Que nos devuelvan la campana!”. La cólera popular creció tanto que finalmente es devuelta y el Jefe del Ejército en persona la entrega al pueblo manzanillero el 12 de noviembre de 1947.
Años después, en un discurso pronunciado el 5 de abril de 1987 durante el acto de clausura del V Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, Fidel se referiría particularmente a este hecho: “Lejos estábamos entonces de imaginarnos que un día como hoy este símbolo sería reivindicado y honrado, ya no solo por los estudiantes, sino por todo el pueblo y recibiría el homenaje de una revolución victoriosa”.
Referencias:
Revista Bohemia 10 nov 2017.
Revista bohemia 3 nov 1947.
Campana de La Demajagua: robo mafioso y rescate del pueblo, de Osviel Castro Medel publicado el 12 noviembre de 2022.
Fidel y la campana de La Demajagua publicada en periódico Granma 1 noviembre de 2012. Discurso pronunciado el 5 de abril de 1987 durante el acto de clausura del V Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas.
