La cultura cubana: raíz que se defiende, canto que no se apaga

La cubanía es un diálogo permanente” que nos invita a “asumir nuestra cultura” no como un recuerdo, sino como un acto de “creación constante” en el presente

El 20 de octubre otra vez en encuentro con la historia en Bayamo. No es una fecha cualquiera; es el día que la nación se reconoció en un canto. 157 años atrás, el pueblo cantó por primera vez el Himno Nacional, y con él, una forma de ser, pensar y resistir nació, y aun define a Cuba.

Cuando se cumplen 45 años luego de la declaración oficial del Día de la Cultura Cubana, fecha que recuerda el momento de 1868 cuando el pueblo bayamés, entonó por primera vez el Himno de Bayamo, escrito por Perucho Figueredo.

Tres días luego de que el Doctor en Ciencias Pedagógicas Rafael Claudio Izaguirre Remón inaugurara la 31 Fiesta de la Cubanía, el pasado 17 de octubre, es hora de volver a sus palabras y examinar la profundidad, a propósito de la conmemoración.

“El Himno de Bayamo fue el primer grito cultural de la nación, un acto fundacional de la libertad”, como bien dijo Izaguirre Remón.

El orador situó el suceso en el presente.

Alegó, la cultura cubana sufre embates, vienen desde la banalidad, además del neocolonialismo digital, pues defenderla no es un acto celebratorio, resulta una verdadera urgencia. La cultura, así lo dijo, continúa siendo trinchera, un escudo, incluso una brújula ética para un pueblo que resiste y crea.

Aquel 20 de octubre de 1868, no se limitaron a cantar una simple marcha guerrera. Se proclamó, una nación nueva. En la plaza, Pedro Figueredo y su gente unieron sus voces, clamaron por la independencia. En ese canto, “Morir por la Patria es vivir,” se fusionó la mismísima esencia de Cuba.

Izaguirre recordó que, la cultura cubana surgió en el monte, el ingenio, con el tambor, también en el fogón y el barrio; no en las academias. Instó a mirarla como un acto, del dia a día: en la maestra rural, el repentista, o aquel artista que pinta la vida, en una pared, agrietada.

Cultura y Revolución

Dedicó una parte de su discurso, a la visión cultural de Fidel Castro, al aproximarse el centenario de su nacimiento. Cito una frase clave, “La cultura es lo primero que hay que salvar”, subrayando que Fidel la entendió, como derecho del pueblo, no un privilegio de las élites.

“Su legado nos reta a edificar una cultura que libera, enseña, y cambia,” Él dijo. También alertó que el riesgo más grande actualmente es el olvido cultural producto del consumismo y las redes superficiales.

Cultura en la línea de frente

El discurso fue de alerta y firmeza. Izaguirre insistió que, frente a un mundo desunido, la cultura cubana tiene que seguir siendo fortaleza y esperanza. Pidió volver a los símbolos, los valores primordiales y al espíritu de equipo del arte y la educación como vías de liberación.

Al final, señaló que festejar el Día de la Cultura Cubana es mirar al futuro con compromiso: educar, crear, y conversar desde la diversidad y la justicia social.

“La cultura cubana no se conmemora: se protege, se siente, se expande”, dijo.

En el ambiente, los acordes del Himno de Bayamo parecían vibrar como aquel día de 1868, cuando la nación nacía entre fuego y canto.

Interpretación de la música original del Himno de Bayamo

Bayamo volvió a saber a historia. El sonido de los tambores, el bullicio del público y la brisa de octubre recordaron porque la cultura cubana es raíz, rebeldía y porvenir.

Con una perspectiva sugestiva, el relato de Izaguirre Remón trajo a la memoria que la cultura cubana no es algo que se recibe por herencia, sino que se experimenta, un acto de afecto y resiliencia. En periodos turbulentos, proteger la cultura se vuelve una manera de defender a Cuba.

Línea del tiempo sobre la evolución del Himno Nacional de Cuba

Yunior García Ginarte

Yunior Garcia Ginarte - CNC TV GRANMA

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