En sus exposiciones defiende la identidad y las tradiciones locales: “Tengo experiencia de más de veinte años en el sector de la cultura y me encanta exponer mis trabajos. Utilizo generalmente productos reutilizables, de bajo costo, fáciles para la confección de otros objetos”.
Me gustan los bordados, la elaboración de juegos para niños, muñecas, flores. Hace un tiempo que no es posible la comercialización pero para jornadas especiales siempre tengo algo nuevo qué exponer”, destacó la creadora.
La promoción de los valores culturales a partir de la creatividad y el uso de recursos reciclables constituye una iniciativa de suma importancia para la economía triangular, basada en la reutilización de materiales para alargar la vida útil de los mismos y las ganancias.
El programa de exposiciones artesanales incluye tres días de festejos anuales y aglutina a hombres y mujeres de toda la geografía cautocristense.
Lisbeth enamora con los juegos de colores, la facilidad con que confecciona cada artículo y el denuedo para explicar cómo logra la belleza en sus productos.
