«Su designación como arma de destrucción masiva es otro esfuerzo del gobierno de Estados Unidos para construir pretextos mendaces para desatar acciones de guerra contra Estados soberanos en América Latina y el Caribe, derrocar gobiernos legítimos y usurpar los recursos naturales de otros pueblos», expresó en un post de la red social X.
De igual forma denunció que el gobierno estadounidense pretende desconocer el origen multifactorial de su consumo y los estragos que provoca, así como encubrir las malas prácticas de corporaciones farmacéuticas.
«El amplio mercado de estupefacientes en Estados Unidos, la prescripción indiscriminada de opioides, anfetamimas y oxicodona; el limitado y costoso acceso a las instituciones de salud y las vulnerabilidades son algunas de las realidades que enfrentan los ciudadanos de esa nación», agregó.




