
En su haber están también el de mejor jardinero central a la defensiva del Todos
Estrellas de la Vigésima serie, y su liderazgo en triples, con ocho, del 17 campeonato
nacional de la pelota cubana, por lo que con mucha razón puede decirse Campeón entre campeones al hablar del Nava.
Nacido en Campechuela el 6 de julio de 1956, fue el tercero de los seis hijos del matrimonio de Juan Navarro Rodríguez y Caridad Rodríguez Suárez y como todo chicuelo amante del deporte nacional, vio sus sueños hacerse realidad al conocer al manzanillero Miguel Martínez Oro (Mafifa), un activista deportivo del INDER, que de manera oficial lo catapulta a planos superiores.
Sus resultados lo llevan a formar parte de la preselección del equipo Minero que participaría en el campeonato nacional juvenil, donde los principales directivos de la provincia lo captan para la Escuela Provincial de Beisbol (ESPA) de Oriente, ubicada en la ciudad santiaguera.
Con solo 17 años participa en la serie Nacional Juvenil de 1974, e integra la nómina de Oriente a la Serie Juvenil de ese nivel, bajo la dirección de Higinio Vélez, ocasión en que el equipo alcanza el primer lugar Nacional.
En 1976, a los 20 años, integra nuevamente Serranos como receptor en la XVI Serie
Nacional, lo que sería su primera vez, oficialmente, en esa posición en un evento de esa envergadura.
A partir de la temporada de 1977/78, en la que tomaron parte 18 equipos en la XVII Serie Nacional, tras la nueva división política administrativa, pasa a formar parte del equipo Granma, como el receptor regular del elenco, bajo la dirección del manager Carlos Martí Santos.
En este colectivo permanece durante seis temporadas, alternando como receptor titular y jardinero central, en las que se destacan encuentros internacionales con equipos de Italia y Nicaragua.
En 1981, bajo la dirección de Carlos Martí Santos, el equipo Orientales se corona Campeón de la Serie Selectiva y representa al país en un choque amistoso con una selección de Nicaragua.
Después de terminada su participación en series nacionales como atleta de alto rendimiento, vuelca sus esfuerzos hacia la preparación de las categorías escolares y juveniles.
Es así que en la década de 90 del siglo pasado dirige por vez primera el equipo Campechuela de mayores, llevándolo en varias ocasiones a los más altos escaños de las lides beisboleras en la zona del Guacanayabo y de la provincia Granma.
A ese aval se suma su aporte a la preparación de los receptores de la preselección Granma que participaría en las temporadas de la pelota de MIL 992, 97, 98, 99 y del año Dos mil; así como su Destacada colaboración como entrenador del equipo Granma en la liga nacional de Desarrollo de Mil 992.
El Nava trabajó y dirigió todas las categorías del béisbol en Campechuela: infantil, escolar y juvenil, con un rosario de títulos al nivel provincial y nacional, siendo artífice fundamental en el desarrollo de este deporte en la provincia, con lo que contribuyó a convertir el municipio en una potencia nacional.
Sus manos han pulido atletas de renombre como Víctor, Pablo y Santiago Valerio Bejerano, Carlos Barrabì (padre e hijo), Alfredo Fonseca, Hermes Ortega, Luis Faustino Rodríguez, Yunior Sanz; y los campeones nacionales con Granma, Leandro Martínez Figueredo, Robert Morales, Eduardo Ortega y César García.
La mayor alegría que se le puede regalar a un pueblo que respira béisbol por sus venas, sin lugar a dudas es el fruto de su entrega, sus los títulos en campeonatos provinciales, series beisboleras, así como ese granito de arena entregado en la formación del relevo y la continuidad de la pelota en un municipio que tantos aportes ha hecho a la provincia y el país.