
Sus palabras aluden a un periplo anunciado por el consejero de Seguridad Nacional de la nación norteamericana, Mike Waltz, y por Usha Vance, la esposa del vicepresidente del país, JD Vance.
Esa intención fue calificada la víspera por el primer ministro saliente de Groenlandia, Mute Egede, de injerencia extranjera.
A pesar de que la visita supone un viaje de carácter privado, suscitó polémica tras las palabras del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre sus intenciones de anexionar el territorio.
Llevan meses insistiendo en que quieren hacerse con el control de la mayor isla de Dinamarca, (…) lo dicen en serio, quieren Groenlandia, afirmó Egede. Por su parte, las autoridades de la isla aseguran, en un mensaje difundido a través de redes sociales, que “no extendieron invitación alguna, ni para visitas oficiales ni para las privadas” y reiteraron que el Gobierno actual se encuentra en proceso de traspasar el poder al nuevo Ejecutivo.
Esas declaraciones responden a comentarios de Trump, quien aseguró la víspera que sí existía una invitación, y manifestara que la visita responde a la amistad entre las partes y no a provocaciones.
Pero tales afirmaciones pierden credibilidad cuando el propio mandatario agregó, en ese mismo contexto, que “Groenlandia podría estar en nuestro futuro”, según publica la prensa danesa.