
Fue hace más de 20 años, en agosto de 2005. Las autoridades recomendaron a la gente que se evacuara, cada uno por sus medios.
Los ricos reservaron habitaciones en hoteles lejanos, cargaron sus automóviles con comida, agua potable y todo lo necesario y se marcharon. Los pobres tuvieron que quedarse y rezar.
Muchos murieron ahogados, enfermos, en medio de la más terrible desesperación, sin que nadie los auxiliara. El típico “sálvese quien pueda” funcionó como lo hace habitualmente.
En la Cuba bloqueada y calumniada, fueron evacuadas cientos de miles de personas y, como dijo nuestro Primer Secretario y Presidente Díaz-Canel, triunfó la vida. Y añadió: “Todo es resultado de un proceso de preparación, de organización, de disciplina, de solidaridad, donde ha prevalecido la unidad y la voluntad absoluta de un pueblo en Revolución, de poner la vida humana por delante de todas las prioridades”.
¡Viva Cuba libre!


