Obra del escultor Gabriel Raúl Cisneros Báez, la representación artística fue develada como parte de los festejos a propósito del aniversario 65 de la liberación del asentamiento por las tropas rebeldes al mando del líder revolucionario Fidel Castro Ruz, el 26 de diciembre de 1958.
Una publicación en Facebook del periodista y escritor Rodrigo Motas Tamayo señala que al solemne acto asistieron autoridades locales del Partido Comunista de Cuba, el Gobierno, dirigentes juveniles y familiares del prócer, incluido su bisnieto Oscar Hernández Heredia, quien agradeció el gesto de convertir en realidad un anhelo de los descendientes del mambí.
Nacido en Manzanillo, el 28 de junio de 1840, Hernández Ríos desempeñó el oficio de arriero en la zona de San Miguel de Guá (Campechuela), desde donde se incorporó a la primera contienda independentista de la isla, tras el alzamiento liderado por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de octubre de 1868.
Comenzó así una trayectoria insurreccional de más de 30 años, en los cuales creció como soldado y máximo responsable de todas las operaciones mambisas en la citada demarcación, hasta ganarse el apelativo de “General de la Costa”.
Tanto en la llamada Guerra Grande (1868-1878) como en la de 1895, combatió bajo las órdenes de Bartolomé Masó, Jesús Rabí y Antonio Maceo; y tuvo cuatro hijos que también pelearon por la libertad de la mayor de las Antillas.
Tras la muerte del coronel del Ejército Libertador Amador Guerra, Salvador asumió el mando de la Caballería de Guá, preponderante falange insurrecta cuyo accionar fue decisivo para la victoria en la Batalla de Peralejo, el 13 de julio de 1895.
En los primeros años de la República Neocolonial fue inspector de cárceles de la provincia de Oriente, hasta su destitución por la segunda intervención militar norteamericana, en 1906.
Presidió el Consejo de Veteranos de Manzanillo y murió en Santiago de Cuba, el 23 de enero de 1925.