Olfato de meteorólogo

El Máster en Ciencias Ezequiel Cadrelo Corría, especialista del Centro meteorológico provincial, es uno de esos asiduos visitantes que llegan a nuestros hogares a través de la pantalla. Su tono mesurado, preciso y esclarecedor, deviene gancho imprescindible en el azaroso arte de informar el parte del tiempo y calmar las tempestades mentales, cuando los ciclones pican cerca de la geografía oriental.

Foto Captura de pantalla de la CNCTV Granma

Por Anaisis Hidalgo Rodríguez

Los granmenses lo equiparamos con Rubiera, pues con él también hemos aprendido a prevenir y a enfrentar los embates atmosféricos, a discernir sobre posibles causas y consecuencias y a actuar para que su impacto sea menos dramático en el ámbito personal, económico y social.

Siendo ingeniero agrónomo, llegó a la Meteorología por azares de la vida, cuando ejercía en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias Jorge Dimitrov y le encomendaron fundar la delegación del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Granma.

Entonces, se formaba el Centro meteorológico provincial y tutorado por Teresa Acosta, especialista en este campo, empezó a adentrase en el lenguaje del clima -específico y directo-, y a desentrañar el enrevesado mundo de los fenómenos naturales.

Al año, dirigía el grupo de pronósticos de la provincia. Cursos de formación académica y varios eventos le dieron un “tamaño de bola para emprender el reto”, sustrato que enriqueció una capacitación en España.

“La Meteorología, como la Medicina, es de un constante estudio. Uno tiene que aprender del escenario climatológico de Cuba y sus provincias. Esta profesión exige de rigor científico y olfato meteorológico. No basta con estudiar los modelos, tenemos que tener ese tino para ver, para imaginarnos los procesos físicos en la atmósfera, analizarlos e ir más allá…pronosticar, prever”, refiere Cadrelo Corría.

Esa perspicacia le permite vaticinar, para 2024, una temporada ciclónica muy activa en Cuba, aún cuando el Instituto de Meteorología no ha hecho oficial su pronóstico.

El surgimiento de la CNCTV Granma lo sacó del anonimato y lo convirtió en figura pública, desafío que exigió mayor estudio; superar el miedo escénico y rebasar algunos problemas de dicción.

“Iniciamos con un mapita graficado; las cámaras malas. Imagínate, el referente de la población es Rubiera y el noticiero de televisión. Es difícil competir con eso. La diferencia era abismal en cuanto a tecnología, equipamiento y calidad de la imagen”, refiere.

A un año del retiro, con 34 de experiencia y liderando el grupo de pronósticos, resultan innumerables los fenómenos climatológicos que ha enfrentado; sin embargo, en su memoria atesora, por la complejidad y los estragos que ocasionaron, el Dennis, en julio de 2005, y la tormenta tropical Noel, en noviembre de 2007.

Sobre la primera experiencia, expone: “Lázaro Expósito Canto se estrenaba como primer secretario en esta provincia. Recuerdo que fui a la sede del Partido con todos los decisores. La costumbre era escuchar a Rubiera, luego al especialista del territorio; pero, por cuestiones técnicas, el televisor no se veía, y Lázaro dijo: ´¡Venga, el meteorólogo provincial!´

“Hice un análisis del fenómeno y di una explicación lo más completa y certera que pude. En aquel momento eran las 7:00 a.m., no había tiempo para adoptar medidas contra el impacto de ese huracán categoría 4, tan devastador”, rememora.

A su juicio, dos aspectos deciden en esta profesión: primero, disponer de tecnología para analizar los fenómenos; segundo, vías para que la información llegue con inmediatez al pueblo, en lo cual Internet desempeña un papel primordial.

Sobre el futuro de la Meteorología en Cuba y a nivel global, considera: “Desde el punto de vista tecnológico no tenemos todas las condiciones, aunque sí contamos con un capital humano preparado. Son pocas las plazas en esta carrera, una para cada provincia y cuando egresan se quedan en La Habana, por las oportunidades.

“La Meteorología, a nivel mundial, la visualizo con una tecnología de avanzada, que requerirá de un personal mínimo, imprescindible, aunque muy capacitado.”

Ezequiel Cadrelo Corría, es, además de un ferviente lector de libros de esta temática, una persona sencilla, que siempre da lugar al saber de otros. A la seriedad que enfoca la cámara, le secundan un buen sentido del humor; el compartir entre amigos, y tiene por regla no creerse imprescindible ni que se las sabe todas, como decimos en buen cubano.

En una profesión que muchos podrían tildar de ingrata, pues se critican más los fallos y apenas se ponderan los aciertos, Cadrelo Corría se ha abierto un camino con talento, profesionalidad y agudeza meteorológica, aspectos que confirman su vocación casual, pero acertada.

La Demajagua

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