Buena Fe es hoy más fuerte. Valga decir que han de ser muy buenos para haber sido objeto de infamias venidas de tales propósitos. Más alto cantan hoy, arropados por una fuerza avasalladora: su integridad.
Cálido es el mundo con la cultura cubana. Muchos son los escenarios en los que muestra su esplendor. Así ha sido y así seguirá siendo. La luz de la Isla lleva en sí la generosidad de su pueblo, los preceptos independentistas y su humanismo.
En sus predios el arte se da, no solo por la naturaleza de sus habitantes, a los que les fascinan la música, la danza, el teatro, la pintura…, sino también porque, para que la creación fuera alimento del espíritu, el Gobierno Revolucionario, desde el mismísimo triunfo, creó condiciones para cultivar, en todos, la belleza que anida en el arte.
De España regresó la prestigiosa compañía del Ballet Nacional de Cuba, tras actuar en 14 de sus ciudades. El público francés disfruta por estos días la obra del pintor cubano Francisco Rivero, reunida en la exposición La alegría de existir; en Roma concluyó el VI Foro Internacional Timbalaye de Cultura Cubana.
Por Estados Unidos avanza el Tren de la Música Cubana, Los Van Van, contagiando con su música a nutridos auditorios. Hasta República Dominicana llegará la Orquesta Aragón, en la gira Icono Tour que realiza desde abril, y que la llevará a Colombia.
En Quito se escuchan aún los ecos de Alexander Abreu y Havana D´ Primera, presentado el pasado fin de semana, en el Festival Pichincha Libertaria; y en Argentina fue homenajeado el director y documentalista Santiago Álvarez.
Uno de los referentes de la cultura cubana, el popular dúo Buena Fe, conocido internacionalmente y ovacionado en toda la Isla, estuvo desde mediados de mayo de gira por España. Los incidentes con los que pretendió el fascismo y el odio opacar su presencia no han hecho otra cosa que afianzar en el grupo y en sus seguidores la nobleza de sus convicciones, defendidas en sus letras.
En el buen arte no cabe el mal. Buena Fe es hoy más fuerte. Valga decir que han de ser muy buenos para haber sido objeto de infamias venidas de tales propósitos. Más alto cantan hoy, arropados por una fuerza avasalladora: su integridad.